Dicen que nunca te vas a dormir sin una sonrisa antes y a mi ayer me llegó en forma de la sonrisa más bonita del mundo, de la suya. Después de una tarde de poder comérmelos a casi todos, de una tarde de esas largas en una casa todos metidos cantando un cumple a la más enana y sesión de parque con arena en los zapatos, llego en forma de tweet saber que el resto había pasado una noche de jugar al tenis en al pasillo, de griteríos, cante, carreras y demás.
Y entonces se para el mundo, y sonríes.
He jurado dar mi vida si te ocurre algo, he apostado mi corazón por tu ilusión... te tengo a ti.
Y yo no podría pasar esta entrada por alto. Porque hoy coindimos con la canción. Y es que no hay nada más especial que esos momentos con los más pequeños, esos que nunca nos borran la sonrisa, esos que son únicos, transparentes y capaces de hacernos felices. Esos, por los que vale la pena seguir sin importar nada más. Leerte siempre es bonito y no comentarte sería un delito.
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