Era uno de los primeros lugares del mundo que había hecho que ni pensara, que no me acordara de nadie con quien compartir ese momento, esas vistas, que me bastaba todo eso delante y yo. Me pase horas en ese banco, sentada, casi sin moverme, iba a por la cena y volvía a la misma posición, así un día tras otro, sin prisa, sin motivo, sin querer decir adiós, sin querer irme, sin querer olvidarme de lo que veía...
Y llegas por detrás, con cuidado como siempre, y apoyas tu barbilla en mi espalda y me dices que me de prisa, que mire el cielo, que viene cargado de nubes negras... pero esas nubes negras ya no me dan miedo, llevan conmigo todo el viaje haciendo que corra de un lado a otro, que la venta de paraguas sea necesaria, que sentirla haga que tu cuerpo baje de temperatura y contemplar con ese pequeño aire de nostalgia todos sus rincones... esos en los que apareció sin avisar.
Y sigo concentrada sin hacerte caso, a lo mio, enfoco, pulso y zas... una tras otra las gotas empiezan a caer sin pausa, sin tregua, cada vez con más fuerza, no miro donde estas simplemente corro hacia donde va todo el mundo... y una vez que llego, que no siento el agua caer, miro la cámara. Esta bien, unas pocas gotas que no entorpecen nada y pulso el botón del play, y allí estaba... tal como la quise, tal como la recuerdo...
A los 10 min de rigor paró, nos dio la tregua, y seguimos nuestro camino hacia ese banco, todo estaba mojado pero daba igual era la despedida... te acercaste y me empujaste, te lo dije, y mi mirada te dijo lo se, pero me da igual... seguimos así de cerca andando, hablando de todo, de lo rápido que había pasado, de como nos había marcado, de que nos quedaríamos allí a vivir...
Y cerré los ojos... y me vi feliz, allí, yo, mi, me ,conmigo.
No hizo falta encontrarla en nadie, la felicidad estaba conmigo, ahora podría ser feliz con cualquiera.
Precioso!! Sin palabras me he quedado,Jaja
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